¿A qué se debe el mercado anual del sector FMCG? Según explica la consultora Kantar, en gran parte se debe a que hacemos menos ocasiones en casa (-3,5%) y más fuera (+5,7%). Sin embargo, a corto plazo, desde noviembre de 2022 hasta enero de este año, este efecto se suavizó a raíz de la resaca navideña, ya que, aunque seguimos aumentando nuestra ingesta fuera de casa (+2,9%), consumimos algo más en casa. .

En todo ello también ha tenido que ver que somos menos pesimistas que hace unos meses ante la subida de precios y cada vez son más los hogares que creen que no notarán las consecuencias de la inflación en casa, un comunicado que ha crecido 4 puntos desde septiembre de 2022.

“En la búsqueda de ahorrar tiempo y dinero, nos encontramos ante un consumidor más práctico y racional que ha trasladado el consumo entre horas al exterior de casa y que ahora apuesta por la simplificación de los menús, tanto dentro como fuera de casa. Asimismo, el consumidor ha cambiado las recetas por ingredientes más baratos y la entrega, a pesar de mostrar una tendencia negativa, sigue robando al consumo en el hogar, apoyado en su gran buque insignia, la comodidad. Todo esto nos lleva a estar en un mínimo de desperdicio alimentario en España”, ha asegurado Rebeca Mella, experta en consumo, hábitos y tendencias de Kantar, división Worldpanel. Con respecto al desperdicio de alimentos en particular, se han producido mínimos en los alimentos desechados como método de ahorro, con lo que, a su vez, los volúmenes de compra han disminuido.

Tomamos en cuenta la optimización de canastas más que antes de la crisis inflacionaria, pero también la practicidad, que ha cobrado mayor relevancia después de precio y cantidad. De esta forma, la practicidad gana importancia para los consumidores, y ha superado al placer como principal motivo de consumo en el hogar. “Las motivaciones cambian según el contexto en el que nos encontremos y, en el momento actual, las conveniencia y el placer se han convertido en la combinación perfecta en un escenario en el que la salud ha cedido, dejando de ser uno de los conductores principales”, comentó el experto.

La sostenibilidad es otro de los atributos que ha perdido peso en favor del precio y de variables de consumo como el sabor y los valores nutricionales y la composición del producto, que configuran el Top3 de los factores más importantes para los consumidores a la hora de elegir un producto. De hecho, cuatro de cada diez encuestados lo sitúan en la cola como no relevante para elegir el producto y un 15% declara haber perdido interés en otros aspectos por la situación actual.

El consumidor actual, más preocupado por lo que come y, por tanto, por su salud

Los valores nutricionales son parte esencial de nuestra dieta y son relevantes en las decisiones del consumidor actual. Tanto es así que dos de cada tres hogares consideran muy importante el aporte nutricional en la dieta y los valores nutricionales se han convertido en el tercer atributo más importante a la hora de elegir un producto.

Estos valores nutricionales presentan una serie de variaciones según nuestra edad y el lugar donde vivamos. Así, los niveles de grasas consumidas aumentan con los años, a medida que se reduce la ingesta de azúcares y carbohidratos, y también el clima determina el tipo de dieta y los hábitos nutricionales de cada región, por lo que es clave que el mercado se adapte a las peculiaridades de cada región. cada área si desea satisfacer las necesidades de los compradores.

Sin embargo, la mitad de las categorías nutricionalmente saludables no se consumen como tal solo por razones de salud, y esto se explica por dos factores: o bien el consumidor no tiene claros los parámetros de valor nutricional y piensa que no son saludables cuando lo son, o bien, En segundo lugar, no todos los productos saludables se consumen para la salud, sino que también tienen que ver otros atributos como el placer y el disfrute. conveniencia.

En palabras de Mella, “la salud no siempre está ligada al concepto de valor nutricional; Además, los mercados tienen un papel cada vez más híbrido entre salud, placer y conveniencia, por lo que depender únicamente de la salud no es suficiente. Si los mercados quieren seguir creciendo, habrá que equilibrarlos con otras necesidades de los consumidores”.

El valor nutricional que más se correlaciona con el consumo de las categorías para la salud son las calorías, es decir, cuantas más calorías tiene un producto menos lo consumimos por salud, mientras que las proteínas, muy presentes en nuestro día a día, se han erigido como un elemento imprescindible en nuestra dieta, con una penetración semanal del 94% y una frecuencia de consumo de 10 veces a la semana. Asimismo, ocho de cada diez recetas que hacemos a la semana incluyen alguna proteína. Dentro de las proteínas, las de origen animal siguen acaparando casi la totalidad de nuestro consumo, acumulando más del 91%, en detrimento de las vegetales, que si bien han crecido a largo plazo, ahora se mantienen estables.

La fuente alimentaria ganadora de proteínas sería el huevo, que cada vez tiene más consumidores, le roba más espacio a la carne y al pescado y se incluye en más recetas, seguido de las legumbres. “Además de ser la proteína más económica del menú, el huevo cada vez tiene un papel más claro en conveniencia y placer gracias a su versatilidad”, concluyó Mella.

Con información de Digiday

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