Marian Salzman, vicepresidenta senior de proyectos especiales estadounidenses de Philip Morris International (PMI), comenzó a publicar su informe anual de tendencias a finales del siglo pasado. Para 2025 estas son las diez tendencias:
1. La fragmentación del concepto de pueblo global
Hubo un tiempo en el que la globalización se consideraba un fenómeno imparable y, al mismo tiempo, deseable. Pero, con el tiempo, dejó de ser así, especialmente con la crisis financiera de 2008-2009, durante el COVID y un malestar progresivo provocado por lo que un periodista llamó la “uniformidad insoportable” de ciudades y culturas. La globalización ya no es la solución para todo y, en lugar de un “pueblo cohesionado”, estamos siendo testigos de una fragmentación intencional a medida que las comunidades locales reafirman sus identidades y tradiciones. Preservar la diversidad cultural es el nuevo objetivo.
2. Un nido seguro
En 2025, la inestabilidad política y la inseguridad climática consolidarán la posición de la vivienda como último refugio y objeto de deseo. Aquellos diseñados para resistir fenómenos climáticos extremos -sea cual sea su precio- se convertirán en la compra de lujo por excelencia. Además, la IA llevará la seguridad del hogar al siguiente nivel, permitiendo que los sistemas analicen patrones de uso para crear una capa adicional de seguridad para garantizar la seguridad del hogar.
3. La acción climática se vuelve personal
Es difícil no hablar de cambio climático cuando en 2024 hemos sido testigos de imágenes alarmantes, como inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra. Un ejemplo de ello es la reciente catástrofe provocada por la Dana en Valencia, que provocó graves inundaciones, dejando más de 200 muertos y daños muy importantes en infraestructuras, viviendas y comercios. Pueblos y ciudades totalmente arrasados por la fuerza devastadora del agua, del barro, de la lluvia, por la furia de la naturaleza.
Durante décadas, la sociedad ha esperado que los gobiernos y las ONG lideren la acción climática. Pero en 2025 veremos reforzado el cambio hacia la responsabilidad y la acción personales. Las comunidades desarrollarán una mayor capacidad de respuesta y adaptación a los desastres naturales, promoviendo la solidaridad. Precisamente, la experiencia de Valencia es ya un ejemplo vivo de resiliencia y cooperación ciudadana.
Estamos repensando nuestros hábitos y nuestra forma de vida, no sólo por el bien del planeta, sino para protegernos a nosotros mismos y a nuestras comunidades de las consecuencias cada vez más graves del calentamiento global. Se trata de encontrar formas de adaptarse a un futuro en el que los fenómenos meteorológicos “milenarios” son comunes.
4. La muerte de la cultura del ajetreo
En nuestra cultura pospandémica, cada vez más de nosotros nos hemos dado cuenta de que la búsqueda incesante de productividad y estatus no conduce a otra parte que a la ansiedad, el estrés y el agotamiento. No se puede negar que cumplir objetivos y dejar una huella sigue siendo importante, pero la pandemia sirvió como una llamada de atención global, obligándonos a reevaluar no solo lo que hacemos, sino también por qué lo hacemos y a qué costo. Por lo tanto, en 2025 no se tratará de maximizar cada segundo de cada día. Crearemos espacio para encontrar lo que más nos importa. Bienvenido a viajes tranquilos, a la hora del té y a un esfuerzo más “acogedor” donde se prioriza la vida sobre el trabajo.
5. En defensa del pragmatismo
Las aspiraciones de libertad, solidaridad, igualdad y justicia inspiraron revoluciones y movimientos políticos. Y aunque estos ideales todavía resuenan, junto con ellos ha surgido una pregunta más silenciosa y urgente: ¿qué funciona realmente? En 2025 seremos testigos del renacimiento del pragmatismo, que priorizará las soluciones efectivas sobre las ideologías, buscando enfoques prácticos y realistas para abordar los desafíos contemporáneos. Los resultados tienen que ser mensurables hoy, no en un futuro lejano.
6. El regreso de la “fama lenta”
Frente a la búsqueda de la viralidad y la cultura de la fama instantánea, por la omnipresencia de los smartphones y el boom de Instagram y TikTok durante los primeros años de la década, se presenta un 2025 en el que nos alejaremos de esta cultura efímera y acelerada. Se volverá a la idea de que la autenticidad, la profundidad y la esencia importan más que la gratificación instantánea. La gente ya no se siente tan impresionada por los momentos fugaces de éxito viral, y tanto los creadores como el público están empezando a valorar el largo plazo.
7. El bienestar como prioridad
En los últimos años, la atención sanitaria ha pasado de un modelo reactivo centrado en el tratamiento de enfermedades a un enfoque más proactivo e integral que enfatiza la vigilancia y la prevención continuas. Se trata de mantener el bienestar, monitorear la salud en tiempo real y abordar los problemas potenciales antes de que se agraven. Los tejidos inteligentes o los accesorios integrados con IA avanzada ya no son nuevos.
8. Frenar el desarrollo tecnológico
La tecnología debe servir, no esclavizar. Se trata de priorizar las fronteras digitales, el bienestar y la sostenibilidad por encima de la carrera por una innovación rápida y no siempre necesaria y un consumo interminable. No se trata de adoptar productos retro o resistirse al progreso, sino de abordar la tecnología de una manera más reflexiva.
9. La IA como musa
A medida que avancemos hacia 2025, veremos mucha más experimentación con la IA, no solo como herramienta para la automatización, sino también para impulsar la creatividad. Los más optimistas estamos experimentando un cambio del miedo a la obsolescencia laboral hacia una aceptación de la IA como fuente de empoderamiento y la próxima ola de creatividad artística humana.
10. Persigue el placer
La búsqueda de la alegría, foco de atención desde hace varios años, es una tendencia que no ha desaparecido. Sin embargo, ahora la gente busca algo más accesible e inmediato, aunque sea efímero: pequeños placeres cotidianos que no impliquen mantener un estado emocional profundo y sostenido, como un atardecer deslumbrante, una frase bien construida o un acto de bondad. . inesperado.
Con información de Digiday
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