Estamos en el umbral de uno de los periodos en los que se realizan muchas compras, tanto de Black Friday como de Navidad. Y muchas de estas compras se realizan a través de internet.
A pocos días del Black Friday y a semanas de Navidad, las marcas y los anunciantes están intensificando sus campañas publicitarias, muchas de ellas “haciendo todo lo posible” para dirigirse a los niños mientras enfrentan una presión cada vez mayor para publicar anuncios. sobresaliente en un entorno competitivo. Sin embargo, este enfoque disperso corre el riesgo de desperdiciar el gasto en publicidad y generar preocupaciones sobre la seguridad de la marca, especialmente cuando se trata de cumplir con nuevas regulaciones diseñadas para proteger a los niños en línea.
El informe ANA 2023* indicó que 22 mil millones de dólares de los 88 mil millones de dólares gastados en publicidad programática en línea se desperdiciaron debido a ineficiencias en la cadena de suministro de publicidad. Aunque se han realizado algunas mejoras en los últimos 10 meses, muchas marcas todavía están luchando por optimizar el gasto y reducir el desperdicio de cara a las campañas finales de 2024.
El año pasado, en España se gastaron más de 3.000 millones de euros en Black Friday y Cyber Monday y, de media, el gasto fue de 280 euros por consumidor. Además, como dato curioso, el 40% de los compradores encuestados** había descubierto el producto que finalmente adquirió en YouTube.
Normas y seguridad infantil – Q4
La publicidad dirigida a los niños se ha considerado durante demasiado tiempo un campo de batalla en el que cada nueva normativa provoca pánico y angustia. Pero ¿por qué cuando la solución es tan sencilla?
El pánico regulatorio podría evitarse con una solución sencilla. A medida que aumenta la presión para ofrecer anuncios atractivos y de alto rendimiento, los anunciantes se esfuerzan por cumplir con las complejas leyes y las preocupaciones de seguridad que rodean las experiencias de los niños en línea. Con las campañas navideñas ya en pleno apogeo, es importante que las marcas se destaquen, pero este enfoque disperso conlleva dos riesgos: por un lado, un desperdicio de inversión publicitaria y, por el otro, un riesgo potencial para la seguridad de la marca.
En lugar de adoptar un enfoque desorganizado para cumplir con leyes complicadas, las marcas de juguetes podrían optar por soluciones simples y efectivas. Saber qué contenido es seguro y apropiado para los niños permitirá llegar a audiencias más jóvenes de una manera más inteligente y ética.
Este enfoque garantiza que los anuncios se muestren en entornos relevantes y seguros, sin utilizar cookies ni información personal, lo cual es esencial según regulaciones como la Ley de Servicios Digitales. Al centrarse en el contenido en sí, las marcas pueden apuntar éticamente a escenarios de visualización conjunta en los que niños y adultos comparten dispositivos, manteniendo al mismo tiempo la eficacia y el cumplimiento de la campaña.
Esta Navidad, las marcas deberían utilizar la orientación contextual para que sus anuncios funcionen mejor y de manera más inteligente, asegurándose no sólo de que resuenen, sino también de que contribuyan a un entorno en línea más seguro, en lugar de darlo todo y esperar. A ver qué pasa, y sin dejar de cumplir la normativa.
*Asociación de Anunciantes Nacionales
**Estatista
Con información de Digiday
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