En los últimos años, la forma en que las personas adquieren bienes ha experimentado una importante transformación. Lo que antes se concebía como una aspiración inalienable –la propiedad– hoy se reevalúa frente a las nuevas dinámicas del mercado y las necesidades cambiantes de los consumidores. La sociedad actual se enfrenta a una transición, pasando de un modelo basado en la adquisición directa de bienes a otro en el que la suscripción y el alquiler se posicionan como alternativas igualmente viables, e incluso en muchos casos, más convenientes.

Este cambio no es meramente circunstancial. La economía global, marcada por el aumento de los precios de los bienes, la digitalización de los servicios y el creciente deseo de flexibilidad por parte de los consumidores, han sido algunos de los principales factores que han dado origen a este nuevo paradigma. Para 2026, se espera que 606 millones de usuarios en todo el mundo aumenten su gasto en servicios digitales por suscripción hasta una media de 30,5 euros al mes. En concreto en España, ya en 2022, el 87% de los hogares con rentas de hasta 35.000 euros estaban suscritos a algún producto o servicio, porcentaje que se elevaba al 97% en los hogares con rentas más altas.

Uno de los principales factores que ha impulsado este cambio es la gestión de las finanzas personales, es decir, la forma en que las personas gestionan su dinero y toman decisiones financieras. Hace unos años, comprar un coche nuevo era una aspiración para muchos. Sin embargo, en los últimos cinco años se ha producido un incremento del 38% en el precio medio de los vehículos nuevos en España, lo que probablemente ha hecho que esta aspiración se haya vuelto menos accesible para muchos consumidores. La gran inversión inicial que supone la compra de un coche, sumada a su inevitable depreciación, está llevando a cuestionar su propiedad.

Por el contrario, el alquiler, y más concretamente, alquilerse presenta como una alternativa atractiva. El alquiler no sólo mitiga el impacto económico inicial, sino que también libera al usuario de los costes asociados al mantenimiento y las reparaciones, aspectos que tradicionalmente recaen en el propietario. Además, elimina la preocupación por la depreciación, permitiendo al usuario disfrutar del vehículo sin comprometer su estabilidad financiera. Según el Foro Alphabet Mobility, el 36% de los españoles optaría por esta modalidad frente a las tradicionales alternativas de compra o financiación.

Más allá de las consideraciones económicas, la sostenibilidad también se ha convertido en un factor importante en la decisión de alquilar o comprar un vehículo. El renting de vehículos, en este contexto, fomenta un uso más eficiente de los recursos, fomentando la rotación de vehículos y facilitando la adopción de tecnologías limpias.

En Alphabet entendemos que cada cliente es único, con necesidades y expectativas específicas, y creemos firmemente que la alquiler Es una alternativa altamente competitiva que responde a las demandas de la sociedad moderna.

Con información de Digiday

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