El imperio publicitario de Google (tanto en búsquedas como en publicidad gráfica en línea) está bajo fuego en varios frentes, y en los procedimientos de esta semana, la narrativa tomó un nuevo matiz cuando la defensa del gigante de las búsquedas habló ante el tribunal.
En algunos territorios, esas burlas están aterrizando en el tribunal de la opinión pública (vale, tal vez convirtiéndolo en el tribunal de la ‘opinión profesional’), mientras que en otras jurisdicciones, como el Distrito de Columbia, están literalmente en el banquillo.
Sin embargo, una cosa aparece universal: la estrategia de defensa empleada por Google. Aquí, parecería que el gigante en línea enfatizará que el requisito de proteger al público, como ciudadano corporativo responsable, tiene prioridad sobre cualquier obligación de alimentar un mercado.
Tomemos, por ejemplo, el prolongado lanzamiento del Privacy Sandbox por parte del equipo de Google Chrome –el complicado (algunos dirían estresante) intento del gigante de la publicidad en línea– de mantener la publicidad orientada al comportamiento en el navegador web más popular del mundo después de que elimina las cookies de terceros.
Los críticos a menudo están interesados en señalar que las propuestas en su forma actual son, en el mejor de los casos, opacas: la intensidad de las refutaciones a ciertos aspectos incita a los ingenieros de Google a volver a la mesa de dibujo. En la reciente conferencia Prebid, una fuente dijo a Digiday que había una preocupación generalizada de que Google comenzara a “inclinar la balanza a su favor”, a medida que los acontecimientos comiencen a calentarse.
Sin embargo, el argumento de Google de proteger la privacidad de los usuarios de Chrome resultará un argumento difícil de contrarrestar. Y el hecho de que la autoridad de competencia del Reino Unido (el regulador global de facto en todo lo relacionado con Sandbox) continúe dando luz verde a su actual curso de acción indica que es una táctica que está funcionando, hasta ahora.
Mientras tanto, Sundar Pichai, CEO de Alphabet, matriz de Google, montó la defensa de la compañía esta semana (en un tribunal real) cuando subió al estrado, en el duelo en curso de Google con el Departamento de Justicia por su dominio del mercado de búsquedas en Internet.
Los abogados del Departamento de Justicia criticaron el modelo de negocio de Google en la era de la IA, cuestionando por qué permitió que empresas como Microsoft y ChatGPT le ganaran en el mercado, y preguntándose por qué se apresuró a lanzar su oferta equivalente, Bard, después de que sus rivales despegaron.
La implicación aquí fue que Google retuvo deliberadamente su oferta de IA por temor a que dicha implementación pusiera en peligro su monopolio de búsqueda. Este sería un golpe clave si el Departamento de Justicia puede convencer al juez presidente, Amit P. Mehta, para que acepte este punto de vista.
Sin embargo, al igual que en su defensa de las propuestas de Privacy Sandbox, los ejecutivos de Google en el estrado incumplieron su defensa del servicio público al ser interrogados por abogados. El corresponsal del juicio Ricky Sutton citó al jefe de búsqueda de Google, Prabhakar Raghavan, quien testificó lo siguiente desde el estrado: “Nuestra sensación era que todavía no era responsable presentar esa tecnología a los usuarios debido a preocupaciones sobre la factualidad y la toxicidad”.
Queda por ver si el juez Mehta adoptará una perspectiva similar a la alegación de servicio público de Google como Autoridad de Mercados de Competencia del Reino Unido. El juicio continúa.
Con información de Digiday
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