Frisby, la marca colombiana que ha conquistado el corazón de millones de personas
El legado de Frisby en Colombia
En el vasto mundo empresarial, existen empresas que logran crecer exponencialmente gracias a estrategias publicitarias costosas y ventas millonarias. Sin embargo, hay marcas que, a pesar de no seguir ese camino, logran algo mucho más valioso: construir un legado basado en el amor y la nostalgia. Frisby, originaria de Pereira en 1977, pertenece a este segundo grupo. Lo que comenzó como una pequeña pizzería familiar se ha convertido en un referente del pollo frito en Colombia, formando parte de la memoria colectiva de millones de colombianos.
Desde sus inicios, Frisby se ha destacado por su propósito superior de alimentar con amor para contribuir al desarrollo humano y transformar positivamente a la sociedad. Esta filosofía se refleja en su cultura empresarial, basada en el respeto, la ética del cuidado, la justicia y la responsabilidad compartida.
El desafío de la suplantación comercial
Recientemente, Frisby se enfrentó a un desafío inesperado cuando surgió una empresa en España con el nombre "Frisby España S.L." que utilizaba el mismo nombre y elementos visuales, incluso presentando su pollo como si fuera el original. Esta situación generó indignación en Colombia, con usuarios expresando su apoyo a la verdadera marca en redes sociales bajo el hashtag #APolloFrisby.
A pesar de este desafío, Frisby ha demostrado su determinación para proteger su patrimonio en Europa a través de acciones legales. El apoyo de los colombianos ha sido fundamental en este proceso, demostrando el profundo vínculo emocional que la marca ha logrado establecer con su audiencia.
El impacto del respaldo nacional
La solidaridad y el apoyo de marcas grandes y pequeñas, competidoras directas e incluso empresas nacionales en el caso de Frisby, ha sido un ejemplo de hermandad y orgullo colombiano. Este respaldo espontáneo ha trascendido la publicidad vacía para convertirse en una muestra genuina de empatía y apoyo mutuo.
Saulo Torres, experto en Marketing y Transformación Digital, destaca que esta campaña ha logrado conectar de manera auténtica con los consumidores, posicionando a Frisby en el "top of heart" de la mente de los colombianos. Este reconocimiento va más allá de ser una simple opción en la mente del consumidor, convirtiéndose en una marca amada y celebrada por su identidad única.
Lecciones para el marketing colombiano
El caso de Frisby ha dejado importantes lecciones para el mundo del marketing en Colombia. Se ha demostrado que las marcas deben ir más allá de simplemente vender productos, buscando conectar emocionalmente con su audiencia y contar historias reales. El poder de la empatía, el humor y el orgullo nacional ha quedado evidenciado en esta historia, resaltando la importancia de escuchar a las audiencias y construir relaciones genuinas.
En definitiva, la experiencia de Frisby es un ejemplo de la victoria del marketing emocional y del poder de lo colectivo. Las marcas que perduran no son aquellas que gritan más fuerte, sino aquellas que logran que la gente hable de ellas con amor, memoria y orgullo.