La crisis de confianza en el mundo actual: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
La última edición del Edelman Trust Barometer revela un panorama desolador: la confianza en gobiernos, empresas y élites económicas está en picada. Según el informe, seis de cada diez personas manifiestan niveles moderados o altos de descontento. ¿La causa principal? Una percepción de injusticia estructural que beneficia a unos pocos, dejando a la mayoría en el olvido.
Richard Edelman, CEO de la consultora, describe el momento actual como una transición del miedo a la polarización, y de ahí, al descontento generalizado. Este fenómeno se alimenta de una mentalidad de "suma cero", donde el éxito de unos implica necesariamente la pérdida de otros. Líderes de varios países han sido reemplazados debido a la indignación de los votantes ante la pérdida de empleos causada por la globalización y la inflación.
Un mundo al borde del desencanto: desconfianza en el futuro
El informe revela que solo el 36% de los encuestados confía en que las próximas generaciones tendrán una vida mejor. Este pesimismo es especialmente notable en democracias occidentales como Francia (9%) o España (22%). Además, la brecha de confianza entre clases sociales se agudiza: los encuestados con ingresos bajos otorgan 13 puntos menos de confianza a las instituciones que aquellos con ingresos altos.
Un dato especialmente alarmante es el temor generalizado a la desinformación. Un 63% de los encuestados declara que es cada vez más difícil distinguir entre noticias reales y fake news. Este clima de confusión favorece la percepción de que líderes políticos, empresariales y mediáticos mienten deliberadamente.
Activismo extremo: ¿una respuesta desesperada?
El descontento también está dando paso a formas de activismo hostil. Un preocupante 40% de los encuestados (y un 53% de jóvenes entre 18 y 34 años) considera legítimas tácticas como la desinformación, los ataques online y, en casos extremos, la violencia.
El rol de las empresas en la tormenta social según el Edelman Trust Barometer 2025
A pesar de que las empresas son más confiables que los gobiernos, enfrentan limitaciones. Sus intervenciones en temas sociales solo se justifican si están directamente vinculadas al problema o benefician su rendimiento económico. Por otro lado, las ONG destacan como unificadoras, siendo la institución con mayor confianza entre los más descontentos.
Para revertir esta crisis, Edelman aboga por un esfuerzo conjunto de todas las instituciones. La clave estará en reconstruir la confianza, combatir la desinformación y ofrecer resultados tangibles que beneficien a todos. Un desafío titánico, pero urgente.
En resumen, la crisis de confianza actual requiere de acciones concretas y coordinadas por parte de todos los actores involucrados para restaurar la fe en las instituciones y en un futuro mejor para todos. ¿Estamos a la altura del desafío? ¡Es momento de actuar!