En la era digital actual, cada negocio es parte de una conversación global. Esta conversación no sólo ocurre entre las marcas y sus clientes, sino también entre los propios consumidores. En este contexto, la experiencia del cliente (CX) se ha convertido en algo más que una simple interacción positiva. Ahora, se trata de crear experiencias significativas que resuenen en las personas a un nivel profundamente humano.
La experiencia es personal.
Es importante comprender que la experiencia del cliente ocurre dentro de él. No es algo objetivamente “bueno” o “malo”, ni “correcto” o “incorrecto”; Es subjetivo y está moldeado por las emociones y recuerdos de cada persona. Por tanto, las marcas deben dejar de ver la experiencia del cliente como un simple departamento o una herramienta tecnológica. La experiencia del cliente es una historia continua que los clientes viven con o sin intervención activa de la marca. La clave es garantizar que esa historia sea coherente, útil y memorable para ellos.
El contexto es clave
Un mismo producto o servicio puede percibirse de formas completamente diferentes según el contexto en el que se presente. Esto se debe a que el contexto lo es todo. La experiencia de un cliente está influenciada por valores culturales, creencias personales y normas sociales. Lo que puede ser adecuado para un joven entusiasta de la tecnología en Silicon Valley podría no tener el mismo impacto en una pequeña comunidad de Europa del Este.
Las empresas deben adoptar un enfoque que valore el contexto. Comprender el entorno en el que los clientes interactúan con tu marca te permitirá ofrecer experiencias relevantes y respetuosas. En lugar de esperar que los clientes se adapten a la marca, la marca debe encontrarse con los clientes donde están, tanto física como emocionalmente.
La confianza como moneda
En un mundo donde la competencia es feroz, la confianza es la nueva moneda. Si los clientes no confían en su marca, no importa qué tan buenos sean sus productos. La confianza en la experiencia del cliente se construye demostrando respeto y relevancia, ofreciendo valor. No se trata sólo de vender productos; Se trata de ofrecer algo que sea significativo para el cliente.
La confianza es frágil y se pierde fácilmente. Por eso, hay que nutrirlo en cada interacción y, sobre todo, protegerlo. Cuando una empresa no cumple sus promesas o deja de escuchar a sus clientes, la pérdida de confianza puede ser irreversible, lo que también conduce a la pérdida de clientes.
Encuentra el problema antes que la solución.
Uri Levine, el creador de Waze, nos deja un valioso consejo: enamórate del problema, no de la solución. Muchas empresas se centran tanto en sus productos o servicios que pierden de vista las dificultades reales a las que se enfrentan sus clientes. En lugar de centrarse en lo que creen que los consumidores necesitan, deberían centrarse en resolver problemas reales.
Cuando las marcas comprenden profundamente las necesidades y frustraciones de sus clientes, pueden ofrecer soluciones que realmente mejoren la vida de las personas, en lugar de simplemente lanzar productos que no abordan preocupaciones reales.
Tome una distancia para obtener la foto completa.
Es fácil perderse en los detalles del día a día y olvidarse del panorama general. Sin embargo, para crear una experiencia de cliente sólida y duradera, es esencial dar un paso atrás y observar el ecosistema en el que opera. Las soluciones que no consideran el impacto social, económico o ambiental tienden a ser superficiales y fracasar en el largo plazo.
Al analizar el medio ambiente de manera integral, las empresas pueden desarrollar soluciones que no sólo sean efectivas hoy, sino también sostenibles para el futuro. No se trata de soluciones rápidas, sino de una visión a largo plazo.
Participa en la conversación
Hoy, el mercado ya no es un simple espacio para transacciones. Es una conversación en curso. Las marcas que ven a sus clientes como participantes activos en este diálogo, en lugar de consumidores pasivos, son las que logran conectar, tienen una presencia creíble. Esto implica escuchar, adaptarse e interactuar con los clientes de manera significativa.
Los mercados son conversaciones y lo que una marca aporta a este diálogo determina su relevancia y éxito. No se trata sólo de vender, sino de involucrarse y ser parte de la vida de los clientes.
Repensar la experiencia del cliente, CX
El mundo está cambiando de manera acelerada y desconcertante. Nunca ha dejado de cambiar, pero ahora lo hace cuestionando convenciones que creíamos inamovibles. En parte por la tecnología, pero sobre todo por transformaciones culturales a niveles muy diferentes.
En definitiva, el trabajo en la experiencia del cliente es transversal. Es una forma de trabajar que impregna todas las capas de una empresa en beneficio del cliente, lo que, como resultado, aumenta su valor.
Guiadas por principios como la confianza, el contexto y la resolución de problemas reales, las empresas pueden transformar sus interacciones en relaciones duraderas, basadas en el entendimiento mutuo y el valor compartido.
¿Estás listo para transformar tu relación con tus clientes y construir una experiencia que realmente importe? Si ya te estás planteando una nueva forma de abordar la experiencia del cliente, ya has dado el primer paso hacia el éxito.
Con información de Digiday
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