El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) está explorando la posibilidad de dividir Google, separando potencialmente aspectos clave de las operaciones del gigante tecnológico en entidades distintas.
Según un informe de Bloomberg, esta decisión sigue a un importante fallo antimonopolio que determinó que Google había dominado ilegalmente los sectores de búsqueda en línea y publicidad en búsquedas.
Fuentes familiarizadas con el asunto dijeron que el Departamento de Justicia está explorando varias opciones para abordar el dominio del mercado de Google. La medida más drástica que se está considerando es la venta de componentes críticos del negocio de la empresa.
El sistema operativo Android y el navegador web Chrome son los principales candidatos para posibles efectos derivados. Android utiliza aproximadamente el 70% de los teléfonos inteligentes del mundo, mientras que Chrome controla una participación del 65% del mercado global de navegadores. Ambas plataformas son cruciales para canalizar los datos de los usuarios a Google y dirigir el tráfico hacia sus otros productos y servicios.
Además, el DOJ está contemplando obligar a Google a vender AdWords, su plataforma de venta de publicidad. Esta medida atacaría el corazón del modelo de ingresos de Google, que depende en gran medida de los ingresos por publicidad digital.
Las autoridades antimonopolio también están sopesando opciones menos severas. Estos incluyen exigir que Google comparta más datos con sus competidores e implementar medidas para evitar que la empresa obtenga una ventaja injusta en tecnologías emergentes como la inteligencia artificial.
Un objetivo clave para el Departamento de Justicia es desmantelar la práctica de Google de pagar como motor de búsqueda predeterminado para dispositivos móviles. Según se informa, la empresa pagó a Apple alrededor de 20.000 millones de dólares anuales por este privilegio, que ha sido objeto de un intenso escrutinio por su naturaleza anticompetitiva.
La posible escisión de Google sería la acción antimonopolio más importante contra una empresa estadounidense desde el desmantelamiento de AT&T en los años 1980. Probablemente tendría consecuencias de gran alcance para la economía digital, afectando todo, desde la publicidad en línea hasta el desarrollo de aplicaciones para teléfonos inteligentes.
Google ha declarado que apelará el reciente fallo antimonopolio. Sin embargo, el juez Amit Mehta ha ordenado a ambas partes que comiencen a planificar la siguiente fase del caso, que incluirá las propuestas del gobierno para restablecer la competencia en el mercado de búsquedas.
Las deliberaciones del Departamento de Justicia se han intensificado tras el fallo del juez Mehta del 5 de agosto de que Google monopolizó ilegalmente los mercados de búsquedas en línea y publicidad de textos de búsqueda. Esta decisión ha alentado a las autoridades antimonopolio a considerar soluciones más agresivas para abordar el poder de mercado de la empresa.
Cualquier plan de ruptura propuesto por el Departamento de Justicia tendría que ser aceptado por el juez Mehta, quien luego ordenaría a Google que cumpliera. Dada la naturaleza intrincada del negocio de Google y su papel central en el ecosistema moderno de Internet, el proceso probablemente será complejo y potencialmente prolongado.
Las implicaciones de una ruptura de Google serían significativas para la empresa, la industria tecnológica en general y un sinnúmero de empresas que dependen de las plataformas y el ecosistema publicitario de Google. Una desinversión forzada de Android o Chrome podría remodelar los mercados de teléfonos inteligentes y navegadores, abriendo potencialmente nuevas oportunidades para los competidores.
De manera similar, los cambios en el negocio publicitario de Google podrían afectar profundamente el panorama de la publicidad digital, impactando a los anunciantes, editores y empresas que dependen de los anuncios en línea para obtener ingresos.
La industria tecnológica y la comunidad empresarial observarán de cerca mientras el Departamento de Justicia considera sus opciones. El resultado de este caso podría sentar precedentes importantes sobre cómo se aplica la ley antimonopolio a las plataformas tecnológicas dominantes en la era digital.
Por su parte, se espera que Google monte una enérgica defensa contra cualquier propuesta de ruptura. La empresa ha sostenido durante mucho tiempo que su posición en el mercado se debe a productos superiores y a la elección del consumidor, más que a prácticas anticompetitivas.
A medida que se desarrolla la batalla legal, queda claro que el futuro de una de las empresas tecnológicas más influyentes del mundo está en juego. La decisión del Departamento de Justicia sobre la posibilidad de escindir a Google podría marcar un punto de inflexión en la regulación de las grandes tecnologías y remodelar el panorama digital en los años venideros.
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Con información de Digiday
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