Sigo fascinado por cómo somos capaces de sentir tanto asombro cuando un avance tecnológico llega a nuestras vidas y lo recibimos como si fuera el fin del mundo. ¿Cuántos años lleva la sociedad utilizando los buscadores en Internet? Google acaba de cumplir 25 años, y en el momento de su lanzamiento encontramos titulares en medios como CNN como “Google facilita la búsqueda de información, pero ¿y la calidad?” Miedo en el titular. Ni mas ni menos.
La capacidad de sorpresa de la mente humana es infinita. Los creadores de ChatGPT fueron los pioneros en lanzar la primera Inteligencia Artificial (IA) que los usuarios hayan experimentado. Más allá de las capacidades técnicas, lo increíble es que es una plataforma que tardó sólo dos meses en atraer 100 millones de usuarios. En el mundo de la comunicación, estos impulsos nos dan muchas oportunidades para generar y participar en la conversación.
Sobre la IA, escuchamos de todo. Al final, estas herramientas están creadas por y para los seres humanos, para hacernos la vida más fácil, no para empeorarla. Por mucho que le demos inteligencia a una máquina, ésta sigue siendo artificial. La IA es un gran invento que ha resultado útil para los profesionales del mundo.
Todos hemos sentido en algún momento ese “miedo” de enfrentarnos a una página en blanco. Y tener un “compañero de trabajo” rápido, educado y eficaz que además dé resultados comprobados, la verdad, es un sueño (y el que dice que no, no lo ha probado).
La esencia de esta innovación tecnológica es, como todas las anteriores, saber utilizarla bien. Sea creativo y conciso eligiendo sus solicitudes con el mensaje. Una vez que la máquina nos ha proporcionado alguna información interesante, viene la tarea de contrastar, investigar y, sobre todo, REVISAR. Esto ya es una tarea para el ojo humano, algo imposible de sustituir. En España la inteligencia artificial está pegando fuerte. Según la I Encuesta de IA de Adigital, el 47,7% de las empresas están explorando soluciones basadas en esta tecnología. Las opciones laborales son infinitas. Para quienes aún no la han utilizado, uno de los principales beneficios de la IA en las comunicaciones estratégicas es su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y extraer información.
La inteligencia artificial está impactando en mayor o menor medida a todas las industrias, pero sin duda ya lo está haciendo en el ámbito de la comunicación. Un punto interesante es la traducción automática, somos capaces de traducir textos en pocos segundos de forma instantánea y con mayor precisión que otras herramientas del mercado. Al conseguirlo en tantos idiomas, aumenta significativamente el alcance de nuestras comunicaciones y, por supuesto, reduce costes.
La IA, como cualquier avance tecnológico, nos hace más rápidos, más ágiles en la ejecución y aumenta la capacidad de precisión de nuestro trabajo. Desde el ámbito más estricto de la profesión, esta herramienta nos inspira, es un motor para iniciarse y poder dedicar más tiempo a otras tareas importantes.
En sus inicios, como buena máquina que es, la repetición y la falta de variedad en el vocabulario la definían como tal, pero lo cierto es que mejora mucho y muy rápido. Lo que está claro es que los profesionales de carne y hueso estamos aquí para tocar, cambiar y poner el vínculo en todo lo que hacemos. No olvidemos que el hombre es capaz de hacer grandes cosas con la tecnología más convencional. Y todo lo que hoy nos sorprende, mañana será algo habitual.
Con información de Digiday
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