El domingo pasado pasé el día hablando con ChatGPT-4. Estábamos revisando mi ensayo de propósito personal. Desde que cofundé Brandcrops, he tenido la oportunidad de definir claramente al menos 50 propósitos para diferentes marcas; Este es uno de mis ejercicios favoritos. Es una tarea en la que me considero especialmente hábil. Así que estaba usando Chat GPT-4 para ayudar a actualizar el mío. Estábamos intercambiando ideas, de ida y vuelta. Y la verdad es que no logré un resultado con el que me sintiera feliz. En una de esas, ya frustrada y cansada escribo: “No conozco a Rick…”.
A lo que responde ChatGPT:
“¡No te preocupes! Tomemos un momento para reflexionar y encontrar la mejor manera de expresar tu propósito”.
Esta respuesta me tomó por sorpresa. El tono empático de la inteligencia, su intento de motivarme y su posterior búsqueda de soluciones creativas me dejaron boquiabierto. Pero no era un silencio temeroso. Era un silencio atónito. Es maravilloso saber que tengo un asistente tan poderoso a mi disposición.
Mucha gente siente rechazo y miedo por cómo seguirá evolucionando la inteligencia artificial, pero yo siempre trato de ver el vaso medio lleno cuando se trata de tecnologías exponenciales. Para quienes trabajamos en marketing y redes sociales, la inteligencia artificial no es nada nuevo. Llevamos varios años viendo cómo los algoritmos nos facilitan la vida: ya sea midiendo, optimizando o creando contenido. Pero como toda tecnología exponencial, estamos llegando al punto de la “democratización”, donde no solo podemos hacer uso de ella pagando plataformas, sino que ahora está ahí, al alcance de todos, a un precio cada vez más bajo.
¿Qué podemos hacer ahora que sea diferente a lo que ya veníamos haciendo con la inteligencia artificial en el campo del marketing y las redes sociales? A medida que la inteligencia artificial se vuelve más accesible y refinada, podemos comenzar a explorar formas más creativas y estratégicas de usarla en el campo del marketing y las redes sociales.
Podemos empezar a delegar tareas más complejas hasta cierto punto, como la generación de contenidos o la gestión de la interacción con los usuarios. Pero cuando entra en juego la creatividad y la conexión emocional que establecemos en las redes sociales, estas tareas dejan de ser totalmente delegables.
Incluso si no delegamos estas tareas por completo, sin duda podemos optimizar el tiempo que invertimos en ellas. La IA también puede ayudarnos a comprender mejor a nuestra audiencia a través del análisis de grandes cantidades de datos, lo que nos permitirá personalizar nuestras campañas de marketing de manera más eficiente.
El acceso universal a las herramientas de inteligencia artificial nos hará una comunidad más eficiente (entre muchas cosas), con menos tareas repetitivas y más tiempo para hacer cosas en las que realmente podamos agregar valor. ¿Reemplazarnos? Definitivamente no. ¿Únete a nosotros? Definitivamente.
Con información de Digiday
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