Según el estudio global publicado por NielsenIQ “The Changing Climate of Sustainability”, el 65% de los consumidores toma alguna medida para vivir de forma más sostenible: el 65% lleva sus propias bolsas de la compra, el 56% minimiza el uso de electricidad, el 61% separa conscientemente la basura para reciclar… Pero ¿qué pasa con algunos residuos que no conocemos o que no caben en ninguno de los contenedores? Aquí es donde entra en juego TerraCycle, una empresa que actualmente opera en 21 países y que ayuda a más de un centenar de empresas a recoger envases y residuos que no se pueden reciclar a través de los canales de clasificación tradicionales (artículos de escritura, botes de compota, recargas de detergente, paquetes de galletas, cápsulas de café, ambientadores, etc.). Los residuos son recogidos por particulares, escuelas, asociaciones o comunidades, para luego ser transformados en material reciclado y nuevos productos.
Hasta ahora, en España, TerraCycle ha recogido más de 10 millones de unidades de residuos, un millón de ellos en 2022. En nuestro país hay nueve programas activos de reciclaje gratuito (maquinillas de afeitar, material de escritura, productos para el cuidado dental, trajes de neopreno, envases de cosméticos, trajes de protección y guantes de nitrilo) y con más de 540 puntos de recolección activos.
Uno de ellos es el programa de reciclaje gratuito de material de escritura (bolígrafos, rotuladores, rotuladores, etc.) promovido por la marca BIC, a través del cual se han recogido 6,2 millones de unidades de artículos de escritura. A todos ellos se les ha dado una segunda vida y han dado lugar a parques infantiles y bancos.
Además de fomentar el reciclaje de estos residuos, TerraCycle premia económicamente cada kilogramo recogido en cada punto de recogida, dinero que se destina a causas benéficas y ONG. Hasta el momento en España se han recaudado más de 75.000 euros.
Ana Almeida, Directora de Asociaciones de Marca para Europa en TerraCycle, Con experiencia en marketing y sustentabilidad, ha trabajado en grandes empresas como Procter&Gamble, Kraft Foods y Rémy Cointreau. Aunque en su vida personal ya realizaba voluntariado medioambiental desde la adolescencia, fue en esta empresa donde tuvo su primer contacto con la sostenibilidad desde un punto de vista profesional. “Empecé a cuestionar ciertas prácticas que eran comunes en la industria hace 15 años. Entendí que había que usar menos materiales, por ejemplo, en el empaque. Tomó decisiones de innovación, como la creación de nuevos productos, pero también de los productos que no se podían vender y que, en lugar de destruirlos, optábamos por cambiarles la etiqueta y enviarlos a otro país”.
A punto de celebrar su segundo aniversario en la empresa, Almeida afirma que el propósito de TerraCycle es “ayudar a las empresas que quieren mejorar su impacto y tener un impacto positivo en el medio ambiente, que tienen productos o envases que no son reciclables en los contenedores habituales y que, de alguna manera, quieren encontrar una solución al final de la vida de sus residuos, trabajamos con ellos para poner en marcha programas de reciclaje de sus productos, para darles una segunda vida y evitar que acaben en vertederos o sean incinerados” .
Cuando el coste del proceso de reciclaje es inferior al material que se va a obtener, se suele encargar a los ayuntamientos. El problema es cuando es más alto. Entonces empresas como TerraCycle, que marca con este contrato de residuos difíciles de reciclar para recolectarlos y procesarlos. “Estos programas de reciclaje son gratuitos para la sociedad. Creamos campañas de comunicación con las marcas para conseguir puntos de recogida e implicar a la sociedad”, detalla.
“Hoy tenemos nueve programas con marcas, pero la idea es seguir creciendo en España. En el último año hemos crecido mucho y queremos seguir consolidándonos en este país, el tercero más estratégico para nuestra empresa. Estamos dispuestos a hablar con todas las marcas que quieran luchar por un mundo más circular”, continúa Almeida.
Sobre si los consumidores españoles están o no más comprometidos que el resto de europeos, este experto afirma que “la sostenibilidad, en general, es cada vez más importante para los ciudadanos y las marcas. Los consumidores españoles están comprometidos y quieren soluciones sencillas, directas, que les ayuden a reducir su huella ambiental”. Sin embargo, cree que la educación es fundamental y que hay mucha desinformación sobre qué se puede reciclar y adónde va cada residuo: “A veces se echan cosas al contenedor amarillo que no son aptas, pensando que se va a reciclar en un manera milagrosa”.
Sobre la figura con la que suelen tratar en las marcas, Almeida responde que a veces hay un responsable de sostenibilidad y otras veces tienen que hablar con el departamento de marketing, porque son “los que tienen la capacidad de comunicar sobre sus programas y son los que tienen la financiación para apostar por este tipo de programas de reciclaje”. Además, asegura que la sostenibilidad tiene que estar “en el ADN de la marca y no residir solo en el director de sostenibilidad, sino en todos los departamentos”.
Con información de Digiday
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